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Morena y salada, como su madre.

9 junio 2016

Esta mañana, con los sentidos aún un poco adormilados, mientras trataba de despeinarme graciosamente el pelo, el reflejo del espejo me ha devuelto una imagen ajena pero a la vez familiar. Ha sido la misma sensación que cuando oigo mi voz en un video y doy un respingo porque no me reconozco, pero sé que soy yo porque me estoy viendo. Confirmado. Con los años, cada vez me parezco más a mi madre.

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Las relaciones madre-hija siempre son especiales. En tus primeros años de vida no quieres despegarte de sus brazos y juegas a imitarla. Cuando empiezas el colegio, ante toda aquella gente extraña, ya sabes que agarrarte a la pierna de mamá es el refugio más seguro ante cualquier catástrofe o peligro que te aceche. En la adolescencia te alejas de ella como si diese calambre porque es un fastidio, te riñe, te pone reglas y horarios, te recuerda tus obligaciones, no entiende tu “estilo”, mira de reojo a tus amigos y te hace preguntas como si no supiese que eres la niña más lista del mundo, que lo sabes todo y que a ti no hay nadie que te la pegue…Es paciente, solo tiene que esperar, y cuando se te acabe la tontería, volverás a ella con la misma fuerza con la que te marchaste, igual que un boomerang. Siempre será un refugio al que volver.

Da lo mismo los años que vayas cumpliendo o los que hayan pasado desde que te fuiste de casa, hay conversaciones con tu madre que se repiten y puedes anticiparlas casi textualmente sin miedo a equivocarte. Cada familia tiene las suyas, al igual que un léxico particular de palabras y expresiones atesoradas durante años y que solo tienen sentido entre los tuyos.

-¿Qué has comido?

-… y un …. No tenía más hambre.

-¿¿… y un …?? ¿Y de segundo? ¿No había nada de segundo? ¿Cómo que no tenías más hambre? Pues hay que comer, eh. Todo lo demás se puede hacer después de comer. Pero tú come, y lo demás (léase jefe, clientes, novio, avión, erupción de un volcán…) que espere. Pues anda, merienda, come un bocadillo (de media barra) de …, y toma después un tazón de …con …que hay en el armario. En la nevera tienes…que hice para tu padre, porque había preparado…para tu hermano y para mí, pero como a él no le gusta. Ah, abre el tupper rojo, que hice también…por si venía Javier con el niño. En nada me voy que a poner a hacer una …(de seis huevos) y unos …, y ya enseguida cenamos.

- Mamá, algún día esta casa debería dejar de ser un restaurante a la carta.

Mi madre es una super mujer. Es emprendedora y muy luchadora. Ya os he contado alguna vez que cuando mi madre tenía mi edad, yo empezaba la universidad. Durante muchos años fue la propietaria de uno de aquellos locales que eran a la vez bar-casa de comidas-tienda de comestibles-ferretería-estanco-centralita del único teléfono del pueblo, y otros servicios más sociales y nada agradecidos. Nunca cerraba. Parecía que estuviese mal visto descansar. Aún el día de Nochebuena, mientras cenábamos, llamaba alguien a la puerta de mi casa para ver si podía ir a abrir porque se les había olvidado la mahonesa para los langostinos o se habían quedado sin tabaco. Y no sabía decirles que no.

A los que ahora hablan como si hubiesen inventado el trabajo, les invito a ponerse una semana en sus zapatos. Parecía que sus días tuviesen 30 horas porque la daba tiempo a todo. Negocio, cuatro hijos, padre de los hijos, casa, suegros...el peso de todo nuestro mundo a su espalda. Sin fines de semana ni vacaciones. Ni un capricho ni una queja. Educada para estar callada, ante el padre, ante el marido,…siempre callada.

Desde hace tiempo sé que no quiero parecerme a mi madre, o mejor dicho, no quiero que mi vida se parezca a la suya, porque se merecía una vida mejor. Y ella también lo sabe, por eso puso a mi disposición todas las herramientas para que sea siempre lo que quiero ser. Ahora me dice que disfrute de la vida, que si ella volviese a nacer, nada volvería a hacerlo igual.

Así que, a punto de que Macondo cumpla dos años, con mucho cariño os digo que esta librera se va a coger tres días para descansar.

Seguro que no hay nada que no pueda esperar al lunes.

 

 

Comentarios

  1. "Precioso Espe, me ha provocado volar en mis recuerdos y volver 20 años atras, añorando el calor del hogar y como no, la protección, el cuidado y los valores de nuestras madres!! Va por ellas!! Enhorabuena!!"

    Jabier 17 junio 2016 18:09:13
  2. "

    Gracias Jabi. Las madres son el motor que mueve el mundo.

    "

    Esperanza Ortiz Ruiz 21 junio 2016 13:28:11

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