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Ayer se reunió nuestro club de lectura. En esta ocasión comentamos “Kanada” del joven cántabro Juan Gómez Bárcena. Lo primero, quiero agradecer a Ana su recomendación.

La obra nos sitúa en la Hungría bajo dominio estalinista al final de la guerra y nos plantea la vuelta a casa de un superviviente del Holocausto nazi y su lucha por incorporarse a una rutina diaria que ya no reconoce.

La idea surge de la visita del autor al campo de concentración de Auschwitz, donde le llegó a ofender la reconstrucción supuestamente realista del lugar y el tratamiento que se daba a los presos. Kanada alude a uno de los pabellones del campo. Incluso allí, en el centro de lo que fue el horror, tratan de vendernos una imagen "edulcorada" de lo que fue la tragedia. Quizá sea a propósito, porque de otro modo no sería un trago fácil. Me sigue sorprendiendo el número de visitantes que reciben cada año. No, desde luego no es un parque temático. Te dicen que los presos estaban muy unidos, con un espíritu de apoyo mutuo, cuando los supervivientes te cuentan todo lo contrario. Cada uno sobrevivió como pudo y muchos arrastran la culpa de haber salido con vida. 

Cada persona afronta el dolor de manera distinta.  Nuestro protagonista se encierra en una habitación que va dejando vacía, en el sentido más amplio de esa palabra. Se ha vuelto loco o, para ser más correctos, sufre un trastorno de estrés postraumático. ¿Y quién en su situación no? Pierde la noción del tiempo. Y los tiempos son importantes en la historia. Y también el resto de personajes: el vecino, la esposa, el patrón , el estudiante,…porque la obsesión,el miedo, el sufrimiento, la violencia, son sentimientos universales, pueden surgir en cualquier momento y lugar.

Agradezco la participación del grupo. Sé que no ha sido un libro fácil, pero por ello no deja de ser bueno. Y creo además que es un libro muy íntimo, en el sentido de que su lectura remueve nuestros más profundos sentimientos. Esos que no puedes expresar en voz alta. Esos que se esconden en tus pesadillas. Es complicado hacer una tertulia sobre semejante sufrimiento.

De verdad, muy recomendable. Duro, pero muy recomendable.